Friederici,
Am.
Wb., 640-1. Los datos históricos que trae este diccionario llevan todos las grafías
ulli,
olli y análogas, como si se tratara de voces indígenas y no castellanas; el primer dato que tengo de
ule, tratado inequívocamente como voz castellana, es del diccionario cubano de Pichardo (1836), y el de la Acad. (ed. 1817,
hule). Por lo demás sólo me consta que el vocablo se emplee en los Estados Unidos Mejicanos y en las varias repúblicas de la América Central, hasta Costa Rica inclusive
1.
El vocablo azteca se escribe ora
ulli, ora
olli, pero se trata en realidad de una pronunciación vacilante e intermedia, sin distinción fonológica, de dos matices de un mismo fonema
2; estamos, según Robelo, ante un derivado del verbo
olinia ‘menearse, moverse’, por la elasticidad del caucho, empleado por los aztecas para hacer pelotas.